Los primeros pasos de la maternidad a veces pueden llegar a ser muy duros para la mujer. Aunque la lactancia es un proceso natural, no a todas las madres le resulta sencillo y la mastitis es una de las principales causas de abandono evitable de la misma.

Se trata de la inflamación de la mama que en ocasiones puede aparecer junto a una infección.

¿Por qué se origina?

La causa por la que se origina la mastitis es, en primer lugar, una obstrucción de leche que no puso ser disipada. Pero también es provocada por la presencia de bacterias que radican en el pecho con más proporción de lo usual debido al brote de la leche materna.

Todos aquellos factores que favorezcan un vaciado insuficiente de la mama van a provocar una retención de leche.

Entre estos factores se encuentran la separación de la madre y el recién nacido en las primeras 24 hs de vida; el horario rígido de las tomas y la poca frecuencia de las mismas; el agarre inadecuado del lactante con extracción ineficaz de la leche; que uno de los pechos sea menos preferido para amamantar; la obstrucción de los conductos lácteos; el bloqueo de un poro en el pezón (perla, ampolla de leche) y la presión del pecho por el sujetador.

Signos o síntomas de que hay mastitis

Entre las señales que indican a la mujer que está sufriendo de esta patología pueden encontrarse dolor o sensibilidad en las mamas; inflamación, enrojecimiento y aumento de temperatura local en los senos al tacto; fiebre alta y un posible malestar general semejante a un cuadro gripal.

Además, en caso de no tratar la mastitis, hay riesgo de que se produzca un absceso de pus en el seno que demande un drenaje quirúrgico para eliminarlo.

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